Descarga el Curso De la consciencia a la realidad
¿Para qué sirve la consciencia?
Si te das cuenta, lo que hace la consciencia es recopilar, organizar y combinar un montón de información de diferentes modalidades, por ejemplo mediante los cinco sentidos. Los coge todos y los resume en un formato único que dan pie a comportamientos. La consciencia ofrece al ser humano una manera de interacción con el mundo y propuestas para que se comporte lo suficientemente bien como para seguir vivo en el futuro. La consciencia saca lo mejor de cada sentido, no solo de los cinco clásicos sino también de otros como la memoria. En resumen, la consciencia es un conector de percepción para que el organismo permanezca en buen estado.
¿Es la consciencia un mero cableado neuronal o hay algo dentro de nosotros que trasciende el mundo físico?
El dualismo forma parte de nuestra cultura por lo menos desde Descartes. Parece que cuando la gente se autoanaliza percibe que hay cosas que no son materiales, como los pensamientos. Yo soy un poco agnóstico sobre eso porque es muy difícil de demostrar. De momento, esa pregunta es un misterio y lleva siéndolo muchos siglos. ¿Cómo se relacionan materia y pensamientos? Para abordar estas preguntas, la filosofía es muy útil, dado que plantea preguntas que pueden generar puntos de inflexión en el desarrollo humano. Sin embargo, la misma filosofía busca respuestas con tanto ímpetu que en ocasiones sesga sus propias conclusiones.
Por eso existe la ciencia…
Así es, por eso existe la ciencia.
¿Es usted una persona espiritual?
Hasta cierto punto. Igual que con la idea del «yo», el término «espiritual» también tiene millones de significados. Para mí, espiritualidad es el sentido de conexión con el resto de personas, con el mundo, con el universo… Mi espiritualidad es reconocer que hay elementos de nuestra existencia que van más allá de la satisfacción de necesidades básicas. El pensar cuán antiguo es el universo, quiénes son nuestros antepasados biológicos, qué y por qué está pasando en mi cabeza ahora mismo… Todo eso es parte de mi espiritualidad. También medito, y eso me permite tener una conexión conmigo mismo más especial, o por lo menos me ayuda a prestar atención a los mecanismos de mi propio organismo.